Tomado de varios artículos)
México
logró en junio de 2011 uno de los mayores avances en la historia del país en
Derechos Humanos -que le valió reconocimiento mundial- al elevar a rango
constitucional todos los derechos humanos garantizados y ratificados en
tratados internacionales, para que éstos quedaran al mismo nivel que la
Constitución. Tras casi año y medio de su publicación, una nueva controversia
ha surgido: un legislador del PRI justifica “caos en materia judicial” para
determinar que la Constitución debe prevalecer por encima de los tratados
internacionales cuando exista conflicto en su aplicación. Esto, contrario a la
libertad de los juzgadores para decantarse por la Constitución o algún tratado
internacional procurando la protección más amplia del derecho en cuestión.
Según opositores a la iniciativa, la modificación daría marcha atrás a los
avances y evidenciaría la “incapacidad del Estado” para cumplir con este tema.
La reforma de 2011, con la que se reajustaron 11 artículos de la Carta Magna,
establece puntos de importancia por el término pro personae y eleva a
rango constitucional todos los derechos humanos garantizados en los tratados
internacionales que han sido ratificados por México. La polémica surgió el 3 de
enero pasado cuando el presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de
Diputados, Francisco Arroyo Vieyra, dio a conocer una iniciativa que pretende
agregar un párrafo extra al artículo 1 constitucional y que, según panistas,
perredistas y ONG’s, es incompatible con los avances logrados en 2011, pues
legitimaría todos los actos gubernamentales y denota ”la tradición
autoritaria y conservadora del Estado mexicano”. Pese a que Arroyo Vieyra
reconoció las críticas en su contra y aseguró que no seguirá promoviendo su
iniciativa, ésta no ha sido retirada oficialmente como lo han pedido
75 organizaciones de la sociedad civil defensoras de derechos humanos y
Amnistía Internacional, por lo que se corre el riesgo de que el proyecto sea
retomado por otro legislador
REFORMA
CONSTITUCIONAL EN MATERIA DE DERECHOS HUMANOS, 2011 El 9 de junio de 2011, casi
20 años después de que la protección y defensa de los derechos humanos en
México fue elevada a rango constitucional (28 de enero de 1992), se promulgó la
reforma constitucional en la materia, misma que fue considerada como un hito y
que mereció reconocimiento a nivel internacional. Calificada por el ex
Presidente Felipe Calderón como “la mayor ampliación de los derechos de los
mexicanos que se haya visto en décadas”, la ley establece la obligación de
todas las autoridades de prevenir, investigar, sancionar y reparar las
violaciones a los derechos humanos; además, incluye el novedoso
término pro personae y eleva a rango constitucional todos los
derechos humanos garantizados en los tratados internacionales ratificados por
el Estado Mexicano. La reforma, que incluyó el ajuste a 11 artículos de la
Constitución, es la más amplia que se ha presentado desde la creación de dicha
ley. Días antes, el 4 de junio de 2011, Calderón firmó el decreto de
promulgación de la reforma constitucional en materia de amparo en busca de
frenar la impunidad. Con este hecho se incorporó a la Constitución la figura de
amparo por omisión de la autoridad, esto significa que los ciudadanos se pueden
amparar cuando exista una violación que sea producto de la “pasividad” de las
autoridades, es decir, por no hacer su trabajo. Tras llevarse a cabo la
promulgación, Miguel Carbonell, experto del Instituto de Investigaciones
Jurídicas-UNAM, destacó la inclusión en la reforma de la interpretación pro
personae, que define como:
Un principio que supone que cuando existan distintas interpretaciones posibles de una norma jurídica, se deberá elegir aquella que más proteja al titular de un derecho humano. Y también significa que, cuando en un caso concreto se puedan aplicar dos o más normas jurídicas, el intérprete debe elegir aquella que (igualmente) proteja de mejor manera a los titulares de un derecho humano. Otro aporte que destacó el investigador fue el cambio del “anticuado concepto de garantías individuales” para adoptar la denominación de “derechos fundamentales”. También recalca que ahora el artículo 1 no “otorga” los derechos, simplemente los “reconoce”. La promulgación de la reforma incluso fue elogiada por la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Navi Pillay, quien destacó que “sienta las bases en el país para una mayor promoción y protección de los derechos humanos reconocidos internacionalmente”. Por su parte, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) informó en marzo de 2011 que México está obligado a respetar más de 100 instrumentos internacionales como tratados y declaraciones, mismos que buscan erradicar la trata, el racismo, la esclavitud, el maltrato a la mujer, entre muchos otros
Un principio que supone que cuando existan distintas interpretaciones posibles de una norma jurídica, se deberá elegir aquella que más proteja al titular de un derecho humano. Y también significa que, cuando en un caso concreto se puedan aplicar dos o más normas jurídicas, el intérprete debe elegir aquella que (igualmente) proteja de mejor manera a los titulares de un derecho humano. Otro aporte que destacó el investigador fue el cambio del “anticuado concepto de garantías individuales” para adoptar la denominación de “derechos fundamentales”. También recalca que ahora el artículo 1 no “otorga” los derechos, simplemente los “reconoce”. La promulgación de la reforma incluso fue elogiada por la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Navi Pillay, quien destacó que “sienta las bases en el país para una mayor promoción y protección de los derechos humanos reconocidos internacionalmente”. Por su parte, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) informó en marzo de 2011 que México está obligado a respetar más de 100 instrumentos internacionales como tratados y declaraciones, mismos que buscan erradicar la trata, el racismo, la esclavitud, el maltrato a la mujer, entre muchos otros
LA
INICIATIVA DE ARROYO VIEYRA
El pasado
3 de enero, el presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de
Diputados, Francisco Arroyo Vieyra, presentó una iniciativa de ley
que otorgaría a la Constitución un mayor rango legal que los tratados
internacionales de derechos humanos. Arroyo Vieyra, militante del Partido
Revolucionario Institucional (PRI), llegó a su actual cargo en San Lázaro el 11
de diciembre de 2012 luego de que Jesús Murillo Karam dejara ese puesto
para iniciar labores como titular de la Procuraduría General de la República.
El proyecto del priista se publicó en la Gaceta Parlamentaria número 3679-II el
mismo día de su presentación y expone que “derivado de esta reforma, las
autoridades federales, estatales y municipales están obligadas a adaptar sus
criterios para la promoción y protección eficaz de los derechos humanos, y el
poder judicial queda obligado a juzgar a la luz de todo el conjunto de normas
en materia de derechos humanos, bajo los principios pro persona, e
interpretación conforme”. Asimismo, según el texto, las modificaciones que se
realizan en la Constitución colocan a México “en sintonía con los sistemas
jurídicos más avanzados en la protección de los derechos humanos, pues crean el
llamado Parámetro de Control de la Regularidad Constitucional”, no obstante, el
diputado argumenta: Como toda reforma legal y particularmente tratándose de una
reforma Constitucional de estos alcances, el proceso de implementación pone a
prueba la posibilidad de hacerla efectiva. En este caso, el proceso ha
encontrado dificultades a raíz de una contradicción entre el primer y el
segundo párrafo del artículo 1 constitucional, que debe ser resuelta por el
legislador para facilitar el trabajo del juez constitucional, que goza de la
facultad de interpretar la norma suprema”. Derivado de esta premisa, Arroyo
insta a precisar que en caso de presentarse contradicciones entre el texto
constitucional y los tratados internacionales firmados por México, la
interpretación que deberá prevalecer será la de la Carta Magna, de esta forma,
en el documento el legislador se propone reformar el artículo 1 de la
Constitución agregando un párrafo extra.

Debido a las criticas que recibió, Arroyo Vieyra aseguró
que su intención no es dar marcha atrás en la materia y que su proyecto nació
luego de que “un grupo de juzgadores” se mostró preocupado ante él debido a que
los derechos humanos presentes en los tratados internacionales han sido
empleados “como pretexto para lesionar otros derechos”
Para enfatizar su punto, el diputado explicó a un rotativo
capitalino: Por ejemplo, un tratado internacional dice que todo padre tiene
derecho a ver a su hijo, pero, ¿qué pasa si el padre es violento? Nuestra
Constitución contempla en su artículo 4 medidas de protección para los niños,
con eso protegemos al menor. La Carta Magna es garantista, por eso no hay que
tener temor”. Además, afirmó que no “movería un dedo para defenderla”, pero
tampoco la retiraría.
EL RECHAZO Tras conocer la propuesta, legisladores de Partido
Acción Nacional y del Partido de la Revolución Democrática rechazaron la
iniciativa del presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados.
Una de las panistas que se opuso al proyecto fue la senadora Gabriela Cuevas,
quien consideró que la iniciativa “sería ir para atrás”, cuando México cuenta
con una “gran reforma en materia de derechos humanos”. En el bando perredista
el diputado Fernando Zárate aseguró que la propuesta tendría “como
consecuencia que todos los actos del gobierno federal, así sean similares a
Atenco o Acteal serán legales porque estarán apegados a la Constitución, aunque
violen tratados internacionales”. Pero los políticos no fueron los únicos que
rechazaron un cambio a la reforma ya existente. El 10 de enero Amnistía
Internacional (AI) subió a su sitio web una declaración en la que hace un
llamado al diputado Francisco Arroyo para retirar oficialmente la iniciativa de
reforma al artículo 1 de la Constitución, pues “pone en grave riesgo
importantes avances normativos en protección a los derechos
humanos que se produjeron gracias a la reforma del texto constitucional
en 2011″. AI reconoció además la postura del legislador de no seguir
promoviendo su proyecto. El organismo detalló que:
La consecuencia de esta reforma sería de dejar sin efecto el principio pro persona consagrado en la reforma constitucional en materia de derechos humanos de junio de 2011. Este principio garantiza la aplicación de la interpretación más favorable a la persona en caso de contradicción entre la Constitución y los tratados internacionales de derechos humanos. Por tanto asegura como mínimo el acceso a los derechos consagrados en los tratados internacionales ratificados por México a todas las personas y cuando la Constitución sea más favorable, la aplicación de lo que la misma establece”.
La consecuencia de esta reforma sería de dejar sin efecto el principio pro persona consagrado en la reforma constitucional en materia de derechos humanos de junio de 2011. Este principio garantiza la aplicación de la interpretación más favorable a la persona en caso de contradicción entre la Constitución y los tratados internacionales de derechos humanos. Por tanto asegura como mínimo el acceso a los derechos consagrados en los tratados internacionales ratificados por México a todas las personas y cuando la Constitución sea más favorable, la aplicación de lo que la misma establece”.
Por otro lado, distintos medios informaron que
representantes de por lo menos 75 organizaciones de la sociedad civil
defensoras de derechos humanos de 21 estados del país, agrupadas en la Red
Nacional de Organismos Civiles de Derechos Humanos “Todos los Derechos para
Todas y Todos” (Red TDT), solicitaron el 22 de enero a la Comisión de
Puntos Constitucionales de la Cámara de Diputados desechar la
iniciativa de Arroyo Vieyra, pues consideran que es incompatible con la
reforma publicada en junio de 2011. En conferencia de prensa se mencionó que la
reforma de 2011 es importante dado que eleva a rango constitucional las normas
contenidas en tratados internacionales y por incluir el principio pro personae.
Algunos de los firmantes son el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro
Juárez, el Fray Bartolomé de las Casas de Chiapas, Fundar, el Centro de la ONG
Tlachinollan y el Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA). Además,
rechazaron las declaraciones de defensa de Arroyo ya que calificaron como un
“falso planteamiento” la “justificación del caos en materia judicial” y
argumentaron que hay dos filtros que ayudan a reducir el riesgo de la
firma de un tratado internacional incompatible con la Constitución. También se
recordó que en 2010 la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) estableció
que los jueces podrán aplicar las normas nacionales o internacionales
analizando cada situación “caso por caso” y prefiriendo la que procure una
protección más amplia del derecho en cuestión, publicó EFE. De acuerdo con
Proceso, los presentes pidieron un debate público sobre la llamada
“contrarreforma” y coincidieron en que detrás de esta propuesta se halla “la
tradición autoritaria y conservadora del Estado mexicano”. En tanto, el
director del Centro de Derechos Humanos Agustín Pro Juárez (Centro Prodh), José
Rosario Marroquín, aseveró que la reforma muestra la “incapacidad del
Estado para hacer efectivo su cumplimiento” en el tema de derechos humanos. El
activista destacó que de proceder el planteamiento del priista, algunos
elementos “nocivos” que ahora están dentro de la Constitución como
el arraigo, “no podrán ser controvertidos”. Hasta el momento la iniciativa
está en vilo, a la espera de ser retomada o desechada oficialmente
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