Los
postulados de los abogados tienen un
valor su profesión, puesto que, están relacionados con el deber de éstos, de su
seguir en la rectitud.
De
otro lado, como es bien sabido, los códigos de ética del abogado enumeran la
forma de conducirse; son principios, responsabilidades que se imponen al profesional.
A
continuación nos referiremos a algunos de los tantos códigos de ética y
postulados d los abogados, mismos que colocamos como anexos, al final de estos
capítulo
Decálogo del abogado de Ángel Ossorio y Gallardo
Ángel
Ossorio y Gallardo, fue un jurista español,
que en el año de 1919, cuando tenía 46 años, escribió un libro clásico de la
deontología jurídica, llamado el Alma de la Toga.
Al
final del éste libro el autor escribió diez profundos pronunciamientos,
dirigidos a los jóvenes estudiante del
derecho, que invocan la conciencia; es
una obra de vida.
Mandamientos de Eduardo J. Couture
El
abogado Couture, plasma sus mandamientos con una belleza ética; recorriendo uno
a uno de ellos, nos damos cuenta de la importancia trascendental, que un hombre
de derecho hizo sus postulados de una forma majestuosa para que los profesionales del derecho
tengamos presente que contamos con conceptos breves que, de seguirlos, nos
llevan por el camino del conocimiento y de la debida actuación.
Los
diez mandamientos de Eduardo J. Couture, tienen en cada frase una parte que nos
sirve como cimiento para seguir creciendo. Uno de los diez mandamientos que más
nos gusta es el décimo: “Ama a tu profesión. Trata de considerar la abogacía de
tal manera que el día en que tu hijo te pida consejo sobre su destino,
consideres un honor para ti proponerle que se haga abogado”.
El
calor humano, la excelsitud de pensamiento que brota de los mandamientos del
abogado formulados por Eduardo J. Couture, vuelven a actualizarse en el décimo
mandamiento trascrito. Amar a la profesión de abogado es haber tenido la
fortuna de haberse sacado el premio mayor en el reparto de vocaciones.... Los
golpes de una vida profesional dura y exigente, como es la del abogado, habrán
formado a un humano ejemplar.[1]
El
doctor en Derecho Carlos Arellano García, fallecido en el 2011, nos deja,
derivado de muchos años de trabajo, de estudio y de reflexión, sus postulados
del abogado.
Arellano
García señala que el objetivo principal y lo que lo inspiró a redactar una guía
para el ejercicio profesional de la abogacía, ya que esta profesión se ha
incurrido en el abandono de la enseñanza de lo pragmático jurídico y que
detectó que existía la necesidad de que difundieran las lecciones que la vida
real imparte al profesional, además de que, como él lo menciona, era su deseo
el “coadyuvar a la atención de ese requerimiento”.
Los
postulados del Abogado, mismos que se contienen en su obra Manuel del Abogado,
vieron la luz por primera vez en 1979. Luego fueron publicados siete años
después en la Revista de la Facultad de Derecho de la UNAM, específicamente en
el número 18, para que la comunidad jurídica tuviese acceso a ellos.[2]
Código de Ética
Profesional de la Barra Mexicana, Colegio de Abogados
La
Barra Mexicana, Colegio de Abogados, señala
los siguientes sobre la aprobación de su Código de Ética:[3]
“Desde
la fundación de la Asociación, por escritura de 29 de diciembre de 1922, ha
sido propósito esencial de sus miembros que la profesión de la abogacía se
ejerza en el interés superior del derecho y de justicia.
Que
en dicho instrumento los barristas empeñaron solemnemente su honor en la
observancia de ciertos principios de moralidad, entre ellos los dos
fundamentales de que el concepto del
honor y de la dignidad profesionales, así como el sincero deseo de cooperar a
la buena administración de justicia de la abogacía”
El código de ética “procura el decoro y la dignidad
de la abogacía y que su ejercicio se ajuste estrictamente a las normas de la
moral y el derecho e imponen a los asociados el deber de cumplir con las normas
de ética profesional que establezca la Asamblea General, a propuesta de la
junta de honor”
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